El sector financiero está inmerso en una profunda transformación impulsado por una realidad cambiante en la que convergen dinámicas de carácter estructural como son: i) las derivadas de la transformación digital, ii) las provocadas por la transición energética (en respuesta a los desafíos del cambio climático) o iii) los efectos de la pérdida progresiva de liderazgo de Occidente; con otras cuestiones de carácter más coyuntural tales como: i) las consecuencias sanitarias y económicas de una pandemia que, aunque remitiendo, aún padecemos y que entre otras cuestiones ha supuesto la ruptura de múltiples cadenas de suministro, ii) la trágica guerra de Ucrania que, además de ser una de las mayores catástrofes humanitarias del siglo, ha agudizado los efectos de una frágil coyuntura económica disparando el precio de determinadas materias primas, o iii) las derivadas de un cuadro macro que podríamos titular como: el peligroso camino hacia la estanflación. Dicho contexto, entre otras cuestiones, presiona sobre los costes del crédito.
Con relación a la regulación y supervisión, los requerimientos son más numerosos, más exigentes y afectan a más ámbitos (capital, provisiones, estructura de balance, liquidez, apalancamiento, conducta, etc.), a cambio de una mayor seguridad y solvencia del conjunto del sistema, lo que merma la rentabilidad de las entidades de forma estructural; y los costes directos de adaptarse a ellos están siendo muy significativos para las entidades. Pero la expectativa es de una cierta estabilización en el medio plazo, a medida que el proceso de transformación regulatoria y supervisora vaya concluyendo.
Por otro lado, con relación a la transformación digital, se observa una revolución tecnológica sin precedentes con un impacto profundo en el modelo de negocio de las entidades. Esta transformación se puede sintetizar en tres cambios: el aumento exponencial de datos y capacidades de almacenamiento, procesamiento y modelización, con menores costes asociados; un cambio de comportamiento de los clientes, hacia un perfil más digital e informado; y la aparición de nuevos competidores fuertemente apalancados en la tecnología.
Con arreglo al ámbito de pagos, en la actualidad las entidades se enfrentan a grandes desafíos que van desde un universo de clientes cada vez más sofisticados y digitales que demandan eficiencia y excelencia en el servicio que se les presta (on-boarding digital, capacidades multi y omnicanal, auto-servicio, conexiones directas con sus sistemas propios, etc.), así como una, cada vez mayor, variedad de productos y servicios; un mercado con nuevos players (Fintechs, Bigtechs, etc.) en el que hay que convivir con modelos de volumen/escala (flow) y de nicho/especialista (sofisticación); un contexto con un marcado impulso hacia la “globalización” sobre la base de nuevas directrices regulatorias orientadas a incrementar tanto la transparencia como la competencia y donde se abren oportunidades de actuación conjunta de forma sindicada o a través de asociaciones; hasta un entorno tecnológico que ofrece palancas para dar respuesta a un entorno cambiante pero que también exige un esfuerzo para modernizar las infraestructuras de sistemas Front-to-Back obsoletos que han ido creciendo de forma desorganizada y restringen el crecimiento.
Finalmente, cabe destacar el rol activo que está asumiendo la banca en materia de sostenibilidad (ESG), convirtiéndose en un actor fundamental en el proceso de cambio de los sistemas productivos de la economía (más verdes y socialmente responsables).
Ante el reto que supone la transformación del contexto en el que operan, las entidades financieras están respondiendo transformándose a su vez en al menos cuatro ejes: modelos de negocio, transformación y eficiencia, finanzas, y gestión de riesgos.
Nuestra práctica
Management Solutions presta servicios a todos los tipos de entidades que conforman este mercado.
Desde un profundo conocimiento del sector, nuestros profesionales poseen una dilatada experiencia en cualquiera de los retos actualmente vigentes.
Todas nuestras áreas de especialización son aplicables a esta práctica. Adicionalmente, hemos desarrollado servicios específicos que responden a requerimientos propios del sector. Destacamos especialmente los relativos a actividades de Banca Mayorista (Tesorería, Mercado de Capitales, Asset Management, Medios de Pago, etc.), el negocio de Banca Comercial y de Particulares (modelos de distribución, conocimiento del cliente, multicanalidad y experiencia del cliente, etc.), la gestión de los riesgos del negocio financiero (en cualquiera de sus facetas), la optimización de los recursos propios consumidos, así como el cumplimiento de normativas aplicables.